miércoles, 15 de julio de 2015

La rebelión de l@s Reversibles




Figura en titulares acompañado de una imagen similar a esta en la que Anguita dice: “A ver si nos enteramos de quién es el enemigo y actuamos en consecuencia”>

El enemigo figura en el photocall que está presente en todo momento de la conferencia, lo vemos en modo del banco que está tan interesado en dar préstamos a universitari@s, para ello cuanto más caro resulte estudiar mejor.

Seamos realistas, la deuda griega no es una deuda contraída con Europa si no con los bancos europeos y no europeos que se prestan entre sí, es decir, con los bancos en general, quienes han sometido a Grecia han sido l@s políticos que están al servicio de esos bancos con las condiciones que los propios bancos han impuesto.

Mientras el poder político esté en manos del financiero estaremos gobernados por el fascismo.

Hasta que no se frene el despropósito financiero en el que está inmersa la economía y la intima relación entre polític@s, bancos y empresas, el fascismo seguirá un inexorable camino, el camino de allanar las formas de gobernar, aplastando los derechos civiles y laborales para conseguir los máximos beneficios económicos en lugar de sociales, porque ese es el fin del fascismo,  l@s ciudadan@s sometid@s al estado y a su servicio y el estado a su vez sometido al servicio del máximo beneficio económico empresarial y bancario.

Para conseguirlo utilizan la deuda.

Temo que hemos alcanzado cierto grado de bienestar durante algún tiempo al habernos transformado en un subproducto del propio sistema productivo. Al haber conseguido de nosotr@s que seamos "reversibles", mano de obra y consumidores a la vez.

No fuimos transformad@s en reversibles por nada, el sistema basó sus expectativas de crecimiento continuo en nosotr@s.

Claro que cuando este sistema insostenible no da más de sí, cuando la industria, tanto de la manufacturación (fabricación de bienes), como la financiera (creación de moneda) que nos surte de dinero con la intención de que sigamos consumiendo se han visto colapsadas y con exceso de stock, el subproducto (herramienta) del sistema, es decir nosotr@s, ha perdido importancia y no solo eso, si no que al pasar de consumir a demandar recursos en modo de ayudas sociales nos hemos vuelto peligros@s para el sistema y como este no puede funcionar sin parte de nosotr@s (sin la mano de obra y la creatividad humana que necesita en cada momento) la opción que emplea el fascismo para resolver este problema es someter a l@s reversibles por la fuerza para conseguir bajar costes mientras que a la vez descarta y saca del sistema a l@s que ya no resultan rentables sin importar que ello conlleve un enorme sufrimiento humano, de ahí la insistencia en los recortes en servicios sociales y la negativa a ayudar a las personas, en lugar de ello lo hacen con los bancos y empresas delante de nuestras narices.

Esto es una rueda de hámster enorme, hasta ahora y basándonos en la historia, cuando ha llegado al límite este sistema implacable no ha optado por otra solución que el exterminio y la explotación. Ni cuando nosotr@s, ciudadan@s del llamado primer mundo hemos creído formar parte de otra clase, la famosa clase media, que como hemos podido comprobar no era tal si no solo una ilusión; “reversibles” premiados por lo general con más crédito, la explotación ha sido frenada, porque da lo mismo que esta sea practicada aquí, en África, en Suramérica o en Asia, el caso es que ha seguido y seguirá practicándose despiadadamente, las consecuencias son abrumadoras y lo sabemos, lo sabíamos ya antes mientras aprobábamos complacidos ser aceptados y “premiados” por el sistema, pero ahora nos toca a nosotros y no hay peor hambre que la del que ya sabe lo que es comer, así que nos tocará sufrir y padecer o sufrir y luchar.

Debemos ser conscientes de que los derechos que supuestamente gozamos, "democracia" incluida, nos serán arrebatados inexorablemente y que cuanto más tiempo dejemos pasar, menos recursos tendremos para vencer esa pérfida atrocidad y por tanto menos oportunidades para hacer que la economía sea lo que siempre debería haber sido: una forma de administrar los recursos que existen.

Para ello deberíamos proponernos conseguir estabilizar el sistema mediante la implantación en él de una piedra angular, un punto de equilibrio que no podría ser otro que la ética.