sábado, 16 de julio de 2016

Erdogan, presidente de Turquía, tal vez haya dado un golpe maestro.



El intento frustrado de golpe de estado que se ha perpetrado mientras él se encontraba fuera del país, le ha permitido deshacerse de grandes y peligrosos opositores a sus políticas extremistas, entre ellos
miembros del ejército y de la justicia y muy seguramente del mundo de la política y de otr@s tant@s que no sepamos, quizás de cualquiera que osara criticar sus métodos.


Ahora tiene allanado el camino para ejercer con más impunidad y menos oposición la tiranía y quién sabe si también apoyado por los estados juntitos de América y sus servicios de inteligencia, del cual es uno de sus preciados aliados, como otrora lo fuera Sadam Huseín en Irak, en ese enclave tan conflictivo, fundamental y peligroso como es oriente medio para asegurar la continuidad de las políticas mantenidas a nivel mundial y de las que depende tanto la economía y hegemonía estadounidense.


Tal vez no sea así, pero la historia cuenta demasiados juegos sucios como para pensar que todo lo sucedido sea "trigo limpio", espero que algún día se esclarezca lo sucedido de forma veraz. Al fin y al cabo la historia no hace más que enseñarnos que a los tiranos les importa bien poco todo lo que no sea mantener o ampliar su poder y que para ello son capaces de las mayores atrocidades y lo que es peor, con la protección y el beneplácito de la comunidad internacional o de alguno de sus miembros más poderosos, no es casual, por norma parecen haber sido colocados en el poder cuales figuras del ajedrez por estos mismos países que les dan protección. Por no alejarme mucho en el tiempo pondré el vergonzoso ejemplo de la protección otorgada por parte de U.K. a Augusto Pinochet cuando este se vio amenazado por la justicia internacional.


Ahí queda eso para el ejercicio del pensamiento crítico de cada un@.